Diplomático
nacido en Florencia, Italia, al servicio de Lorenzo el Magnífico, conoció desde
dentro las cortes europeas de la época y el papado, lo que le permitió una singular visión de la realidad política,
de los mecanismos de gobierno de los nuevos estados. Su obra más importante, El Príncipe, está escrita en forma de consejos sobre el arte de gobernar o de mantenerse en el poder.
En forma fría,
desapasionada, desprovista de cualquier connotación moral, con elevadas dosis
de cinismo, desveló los mecanismos de poder e impartió recomendaciones. Muchos
lo calificaron de inmoral, en realidad más bien podría decirse que fue amoral,
en el sentido que su obra prescinde de consideraciones morales, religiosas y
teológicas; pero esto era un salto gigantesco en relación con los mil años de
oscurantismo de la Edad Media.
Se logra
resaltar la autonomía de lo Político, Maquiavelo no pretendió una teoría sobre
un estado ideal, su objetivo fue describir las cualidades que ha de tener un
príncipe, un gobernante de su época, y la forma en que debe comportarse para
mantener y ampliar su poder. Detrás de este se escondía un objetivo más
profundo: unificar Italia, ya que estaba dividida en numerosos principados y
reinos, bajo un único príncipe, para que su patria no se convirtiera en presa
de las ambiciones de los ejércitos extranjeros, como España y Francia.
Para Maquiavelo,
el poder, puede conquistarse por tres medios: las armas, la intriga y la ayuda
del pueblo. El príncipe debe usar la fuerza para deshacerse de sus enemigos,
sin escrúpulos, para ello deberá contar con un ejército bien organizado, pero
no más allá de lo estrictamente necesario, en crisis, en peligro o debilitamiento
del estado; para no convertirse en tirano y engendrar una rebelión de los
súbditos. Debe cuidar su imagen: bondadosa, enérgica e inteligente. Debe
rodearse de una aureola de victorias de guerra (reales o ficticias) porque el
pueblo glorifica a los reyes victoriosos. Pero no debe olvidar que más vale ser
temido que amado.
En suma, el
autor florentino, empírico, realista, objetivo, muestra los mecanismos de poder
del Estado: coacción más organización
del consentimiento. La legitimación del poder es eminentemente laica, no
vendrá dada por las consideraciones religiosas, éticas o basadas en los
principios del derecho natural: es simplemente
el poder por el poder, la razón de Estado, que mueve a que ese fin: EL PODER,
justifique los medios.
REALISMO POLÍTICO
La teoría
realista considera la vida política como un campo de intereses contrarios y de
conflictos cuyo precursor es sin duda Nicolás Maquiavelo, y en la que subyace
como principio rector: el cálculo de costo y beneficio, donde la utilidad es
esencial. En ella se otorga un lugar privilegiado
a las relaciones de poder y al interés centrado en la naturaleza humana y a la
inexistencia de algún tipo de gobierno internacional.
PRINCIPIOS DEL REALISMO POLÍTICO
1.- EMPIRISMO: la
política obedece a leyes objetivas que se arraigan en la naturaleza del hombre.
2.- INTERÉS: definido en
términos de poder, como principio rector del quehacer político.
3.- PERMANENCIA: la
idea de interés es la esencia de lo político, resulta ajena a circunstancias de
tiempo y lugar, lo que se puede variar es el motivo del interés.
4.- ÉTICA DE LOS RESULTADOS: los principios universales no pueden aplicarse a los actos del
Estado. El estado tiene fines que superan a los del individuo.
5.- RECHAZA LA EXISTENCIA DE UNA MORAL UNIVERSAL: no identifica las aspiraciones morales de una nación con los
preceptos morales del universo.
6.- ESPECIFICIDAD DE LA POLÍTICA: emancipación de la Política de otras esferas como la Moral y la
Religión.
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